martes, 9 de octubre de 2012

Brote fibromialgico

Olvidar que se padece fibromialgia, es tan certero como que cuando reaparece el brote de dolor parece mentira haber vivido días enteros sin padecer...
En una época eran cientos de días de dolor en el año, frente a una decena de días aliviados...
Hoy Gracias a Dios, a mi empecinamiento por seguir, las cifras se invirtieron, y mayoritariamente agradezco a Dios el vivir mi vida cotidiana sin padecer a continuidad.
Pero en ésta última semana fueron tres, largos-agotadores-interminables tres días, en que el brote fibromialgico me recordó que por allí anda "el enemigo" acechando y esperando aparecer, hacerse ver. hacerse notar, para que ponga en práctica mis tácticas y estrategias.
Y al padecer recordaba todo lo aprendido sobre la enfermedad, pude ver claramente que dado que los últimos tiempos fueron de tristezas y angustias, y escaleras que se suben y bajan, y falta total de descanso, y poco sueños reparador, éstos tres únicos días -por el momento- son benditos, porque ayer se alivió la carga.
El dolor disipado a partir de disparos certeros y ácidos, nos recuerdan que hay momentos, horas, días, semanas de gozo y de "poder hacer".
Quizá en eso se base el ser fibromialgico, en saber valorar los días buenos y aceptar los malos, en sostener esos malos, con la esperanza de los buenos por venir, y el recuerdo de los buenos vividos.
Y seguir, siempre seguir, marchar, buscar caminos alternativos, como esa fiera que escapa del acecho del cazador.
Ser Fuertes, a pesar de todo...


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